Llegamos
por la tarde y descansamos en el hotel. Disfrutamos de la piscina y
vemos el atardecer sobre el lago Nasser. Al anochecer nos desplazamos al
templo para ver un espectáculo de luz y sonido
Los templos
por la noche
Abu Simbel
es sobre todo conocido por sus dos magníficos templos que, en su origen,
fueron excavados en la sólida roca de la ladera de una montaña ya en el
siglo XIII a.de C. Fueron declarados Patrimoniode la Humanidad, son
conocidos como los«monumentos nubios» y están dedicados a las grandes
deidades de la época: Ra-Horakhty u Horus, Ptah y Amón. Fueron
construidos en honor del gran faraón RamsésI y su mujer Nefertari.
Tal era su importancia
histórica y la visión que ofrecieron al mundo de una civilización
antigua que, cuando se construyó la nueva presa para regular las aguas
del Nilo y se creó el inmenso lago Nasser, los templos fueron objeto de
un gran debate. De hecho, el incremento del nivel del agua amenazaba con
sumergirlos, por lo que se diseñó un proyecto descomunal para salvar los
templos; y a principios de los años sesenta empezaron las obras.
La UNESCO participó
aportando sus conocimientos en material de edificios antiguos y fondos,
en su mayoría procedentes de donaciones internacionales, y consiguió que
el proyecto los trasladara a una colina alta, por encima del nivel del
agua del nuevo lago.El proyecto fue largo, pero de gran éxito. Se
cortaron, desmantelaron y volvieron a unir enormes bloques de roca en un
proyecto que duró varios años.
Los templos se
cortaron literalmente de la ladera de la montaña, se llevaron a un
terreno más elevado y luego se colocaron contra unas semicúpulas de
modo que las estatuas de las fachadas frontales quedaran mirando por
encima del agua, como habían hecho durante siglos.
Los templos, conocidos como
el gran templo de Abu Simbel para Ramsés II y el pequeño templo de
Abu Simbel para Nefertari, se remontan al Egipto faraónico
y al reinado de Ramsés II. Según la historia, el faraón quería crear
un monumento imperecedero en honor a su reinado y a su reina
Nefertari. Y la victoria en la batalla de Kadesh propició
la oportunidad perfecta para construir el complejo. Se cree que las
obras empezaron en el gran templo a mediados del siglo XIII a. de C.
y tardaron unos 20 años en finalizarse. La construcción del templo
pequeño se inició más tarde.
La
entrada al templo de mayor tamaño está presidida por
cuatro enormes estatuas de Ramsés II, a quien se puede ver
engalanado con la doble corona de las regiones del Alto Egipto y el Bajo
Egipto. Con una altura de unos 20 metros, no deja de sorprender que las
estatuas fueran delicadamente esculpidas en la roca de la ladera en la
que se erigían en su origen. Por desgracia, una de ellas está gravemente
dañada por un terremoto, aunque esto no desmerece su magnificencia. El
friso del templo se encuentra justo encima de sus cabezas.
Para
esculpir la fachada y dar a los colosos su aspecto
definitivo, debió de intervenir un gran número de escultores altamente
cualificados. Mientras, en el interior del templo trabajaba otro equipo
de artesanos puliendo y enyesando los muros para eliminar las
irregularidades y las grietas de la superficie.
Aquí se
pueden admirar varias escenas bélicas, incluida una
batalla en Qadesh que ilustra las victorias de Ramsés II. El complejo
cuenta con numerosas estatuas, incluidas las que representan a la mujer
del faraón, Nefertari, a sus hijos e hijas, y a las deidades a las que
el templo estaba dedicado.
El templo fue construido con tal
orientación que durante los días 21 de octubre y 21 de febrero (61 días
antes y 61 días después del Solsticio de invierno, respectivamente) los
rayos solares penetraran hasta el santuario, situado al fondo del
templo, e iluminaran las caras de Amón, Ra, y Ramsés, quedando sólo la
cara del dios Ptah en penumbra, pues era considerado el dios de la
oscuridad.
No se sabe a ciencia cierta porque se
eligieron estas fechas, e incluso a través de observaciones astronómicas
se ha confirmado que en el momento de su construcción, hace más de 3200
años, el fenómeno sucedía el 22 de octubre y el 20 de febrero, esto es
60 días antes y después del solsticio de invierno.
Los
relieves en las paredes representan la destreza del faraón en la
batalla, pisoteando a sus enemigos y matándolos frente a los dioses. En
el muro norte hay una representación de la famosa Batalla de Kadesh (c
1274 aC), hoy Siria, donde Ramsés II inspiró a su desmoralizado ejército
para que ganaran la batalla contra los hititas. La escena está dominada
por un famoso relieve de Ramsés en su carro, disparando flechas a sus
enemigos que huyen. También es visible el campamento egipcio, amurallado
por los escudos redondeados de sus soldados, y la ciudad fortificada
hitita, rodeada por el río Orontes.
El templo menor de Abu Simbel se
encuentra al norte del templo principal y está dedicado a la diosa Hator
y Nefertari, la esposa favorita de Ramses II. La fachada de este templo
está decorada con seis estatuasEl templo menor de Abu Simbel está
situado al norte del mayor. Está también excavado en la roca y dedicado
a Hathor, diosa del amor y la belleza, así como a su esposa favorita,
Nefertari. La fachada esta decorada con seis estatuas, en este caso de
pie, de las cuales cuatro representan al faraón y dos a su esposa.
En su
interior encontramos una sala hipóstila con seis columnas cuyos
capiteles se encuentran decorados con la cabeza de la diosa Hator.
La sala
este contiene algunas escenas que muestran a Ramsés y su esposa
ofreciendo sacrificios a los dioses. Tras esta sala se encuentra otra
que muestra escenas similares. Al fondo del templo se halla el santuario
que contiene una estatua de la diosa Hathor.
la reina aparece frente a los dioses
muy parecida a Ramsés II, y se la ve honrando a su esposo. El vestíbulo
y las cámaras contiguas, que tienen escenas coloridas de la diosa y su barca sagrada,
conducen al santuario. Este tiene una estatua desgastada de Hathor como
una vaca que emerge de la roca. El arte aquí es más suave y elegante que
en el Gran Templo.
Los
templos de Abu Simbel quedaron prácticamente en el olvido. Durante
muchos siglos, los vientos del desierto levantaron la arena hasta que
los templos terminaron por quedar cubiertos y fue en 1813 cuando, bajo
una enorme capa de arena, el famoso viajero suizo Johann Ludwig
Burckhardt los descubrió, tras divisar la parte superior del friso del
mayor de los templos.
Fue a partir de
entonces cuando empezaron los trabajos para desenterrarlos.En la
actualidad, son una de las principales atracciones turísticas de
Egipto y están considerados los mayores templos que se han llegado a
construir en honor a Ramsés II.