El rincón de Jesús y Mariví

PortadaPerfilesMi trabajoviajesEventos

 

 

  

          AMÉRICAASIAÁFRICAEUROPAORIENTE MEDIOJAPON   

NARA

 

Nos trasladamos a primera hora de la mañana en tren desde la estación central de Kioto a la estación de Nara.

 Nara es una de las ciudades más populares de la región de Kansai.  Pero además fue capital de Japón durante la corte Yamato, antes de que se trasladara a Kioto. Por eso, y al igual que Kioto, Nara todavía conserva el espíritu del Japón tradicional en muchas de sus calles y construcciones. Además, sus parques, sus ciervos, su Gran Buda y sus construcciones antiguas hacen de Nara una visita casi obligada en el viaje a Japón.

  

Nos dirigimos  directamente a la zona del parque de Nara (奈良公園), donde se encuentran algunos de los puntos turísticos destacados de la ciudad, como el templo Todaiji, el santuario Kasuga o el templo Kofukuji. Pero uno de los principales atractivos del parque es dar de comer a los ciervos. Hay unos 1200 ciervos sika en el parque de Nara. Los ciervos sika son considerados mensajeros de los dioses según en sintoísmo y es por esa razón que están protegidos.

El templo Todaiji, situado en el extremo norte del parque de Nara (奈良公園) es uno de los templos más populares entre los turistas que visitan Japón y una de las razones por las que visitar Nara, sin duda alguna.

Y aunque Nara tiene muchísimo que ver, si tuviéramos que escoger un sólo lugar que recomendaros en vuestra visita a la ciudad, definitivamente nos quedaríamos con el templo Todaiji y su acceso por el parque de Nara

 

  

    

El parque suele estar bien acompañada de un montón de ciervos sika y de camino podemos comprar galletas de arroz sembei para ellos (unos 150 yenes). Los ciervos, considerados mensajeros de las deidades en el sintoísmo, no son peligrosos, aunque si creen que llevas comida en alguna bolsa, no dudarán en morder. Lo mejor es enseñarles las manos vacías, como diciéndoles «lo siento, no tengo nada» y nos dejarán en paz.

La visita al templo Todaiji comienza en la puerta Nandaimon, un gran portón de madera de 20 metros cobijado a ambos lados, como suele ser habitual en este tipo de puertas, por dos guardianes Nio, dos estatuas que junto con la puerta, que data de 1199, son tesoros nacionales.

  

Después de saludar a los ciervos y cruzar la puerta Nandaimon, entraremos al complejo del salón Daibutsuden o salón del Gran Buda, el salón principal del templo Todaiji.  El salón Daibutsuden es el edificio de madera más grande del mundo. Y eso a pesar de que lo que vemos ahora es una reconstrucción un 33 % más pequeña que el edificio original

De hecho, en el interior del salón podemos ver una muestra a escala 1:50 de cómo era el templo Todaiji originalmente y sinceramente… ¡es increíble! El salón era más ancho y profundo y tenía dos pagodas laterales de siete pisos y 100 metros de alto. Debía de ser impresionante, la verdad.

El

El templo Todaiji de Nara se concluyó en el año 752 bajo el mandato del emperador Shomu, impulsor del budismo en Japón. A lo largo de la historia el templo fue destruido en dos ocasiones por incendios provocados por la guerra. La última y actual reconstrucción se inició en el siglo XVII, época en la que Nara fue nombrada capital del imperio Nippon. Esta reconstrucción es un 33% más pequeña que la original, por lo que podemos hacernos una idea de cómo tuvo que ser la anterior ya que la actual impresiona bastante. Su construcción fue realizada para erigirse como principal templo budista de Japón y tuvo tanta influencia e importancia que el gobierno de la época decidió que Nara dejará de ser la capital para que el budismo no se entrometiera en los asuntos del estado.

  

Nada más entrar al Gran Salón del Buda nos encontramos de frente con una estatua de grandes dimensiones que nos da la bienvenida. El Daibutsu o Gran Buda de Nara se sitúa frente a nosotros con sus más de 15 metros de altura y sus más de 500 toneladas de peso. Para que te hagas una idea de su colosal tamaño, te diré que sus ojos miden más de un metro, sus orejas 2.5 metros y sus hombros tienen unos 28 metros de ancho… Impresionante al verlo de cerca.

   

Según cuenta la leyenda, la estatua del Gran Buda fue fundida en bronce, agotando las reservas de dicho metal de todo el país. Durante la ceremonia de “apertura de los ojos de Buda”, se recogieron numerosas ofrendas de varios puntos del país que actualmente se exponen en la sala del tesoro Shoshoin junto al Gran Salón del Buda. Recientemente se descubrió mediante rayos X que en la rodilla del Gran Buda se encuentran joyas, perlas y hasta un diente pertenecientes al antiguo emperador Shomu.

  

       

Como es habitual, los pórticos de los templos budistas en Japón están cobijados por los dioses iracundos Kongōrikishi o Nio, dos guardianes musculosos que protegen a buda. Estos concretamente son muy grandes y dan un poco de miedo al verlos

    

En la entrada del edificio principal hay una estatua de un personaje que se llama Binzuru Sonja, apodado como Nade Botoke. Hay una leyenda que dice que donde se le acaricie con la mano a la estatua, esa parte del cuerpo se te sanará. Por ejemplo, si le acaricias la rodilla te curas del problema que tengas en la rodilla.

     

Salimos tras la visita a este impresionante templo y caminamos por el parque hasta el Santuario de Kasuga Taisha

     

El santuario Kasuga Taisha, situado en Nara, es uno de los santuarios sintoístas más antiguos de todo Japón. Según parece, data del año 768. Esto es meramente 58 años después de que Nara se convirtiera en la primera (y bastante efímera, por cierto) capital del país. Asimismo, es el santuario de la familia Fujiwara, una de las familias más poderosas de la época. De hecho, los Fujiwara siempre tenían a alguien cerca del trono manejando los hilos del poder. Se encuentra junto al Bosque  Primigenio Kasugayama.

El Bosque Primigenio Kasugayama, que se extiende al este del Santuario Kasuga Taisha, es uno de los componentes del Sitio del Patrimonio Mundial, al igual que el Santuario Kasuga Taisha. El Bosque Primigenio Kasugayama, que es el área sagrada del Santuario Kasuga Taisha, ha estado protegido durante más de 1.100 años, y la caza y la tala están prohibidas desde el año 841.
Debido a su fondo protegido en relación con la visión tradicional japonesa de la naturaleza, está registrado como sitio de Patrimonio “Cultural” Mundial junto con el Santuario Kasuga Taisha. Parte del bosque primitivo de Kasugayama es una ruta de senderismo de 10 kilómetros de largo.
El bosque primitivo de Kasugayama era un lugar para que los monjes entrenaran, y todavía hoy se pueden ver allí estatuas de piedra de Buda.

   

El santuario Kasuga Taisha se encuentra a los pies de las montañas sagradas Kasugayama y Mikasayama. Y es especialmente reconocible por sus más de 2000 lámparas de piedra en el camino de subida al salón principal. Y por sus más de 1000 preciosas lámparas de bronce en la zona del salón principal

     

     

Este santuario es patrimonio de la humanidad y muchos de los edificios del complejo han sido designados tesoros y bienes de importancia cultural de Japón. En su recinto hay imágenes de ciervos por doquier, ya que son considerados mensajeros de los dioses.

Aproximadamente en el año 710, cuando se estableció Heijō-kyō (antigua capital de Japón en Nara), el poderoso cacique Fujiwara no Fuhito trasladó a la deidad protectora de su clan, Takemikazuchi, del santuario Kashima al sagrado monte Mikasa en Kasuga. Por su parte, en el año 768 Fujiwara no Nagate consagró en el gran santuario de Kasuga (ciudad de Nara) al dios Futsunushi, que anteriormente era venerado en el santuario Katori, y a las deidades Amenokoyane y Hime, que se encontraban en el santuario Hiraoka.

Se dice que Takemikazuchi, deidad principal consagrada en este santuario, llegó montado en un ciervo blanco a Nara procedente de Kashima. El hecho de que los ciervos sigan viviendo en libertad en los terrenos del santuario y en el parque aledaño de Nara es una prueba de que son considerados mensajeros de los dioses. Por esa razón, muchos de los amuletos y adivinaciones que se pueden adquirir ahí tienen imágenes de ciervos.

      

Una de las principales características del gran santuario de Kasuga es su color bermellón. La entrada principal rōmon, el pasillo oriental de unos 52 metros de longitud y el occidental de 81 metros, que rodean el edificio principal, también están teñidos de este color. En sendos pasillos se encuentran colgados unos 1.000 faroles de metal que fueron ofrendados durante unos 800 años. Además, en la senda que lleva al santuario hay unos 2.000 faroles de piedra. Muchos de ellos tienen motivos de ciervos y buscarlos mientras se visita el santuario es otro de sus atractivos.

 

Dos veces al año, el 3 de febrero, para la festividad Setsubun y en agosto, durante la celebración de Obon, se prenden los 3.000 faroles en una ceremonia llamada mantōrō. Los miles de faroles que iluminan la oscuridad crean, sin duda, un paisaje de fantasía.

El Santuario Kasuga Taisha de Nara, Kasugataisha)  Fue establecido al mismo tiempo que la capital y está dedicado a la deidad responsable de la protección de la ciudad. El Santuario Kasuga Taisha también fue el protector de la familia Fujiwara, el clan más poderoso de Japón durante el Período Nara y Heian. Del mismo modo que los Santuarios Ise, el Santuario Kasuga Taisha ha sido periódicamente reconstruido cada 20 años durante muchos siglos. En el caso del Santuario Kasuga Taisha, la costumbre ha sido irregular desde el final del Período Edo.
Detrás del Santuario Kasuga Taisha encontrarás una sala de ofrendas, que puede visitarse gratuitamente, también hay una zona de pago que te lleva a la parte interior desde donde puedes tener una mejor vista de los edificios interiores del Santuario Kasuga Taisha. Un poco más lejos está el santuario principal que tiene una gran variedad de santuarios donde se muestra el estilo arquitectónico Kasuga, caracterizado por un techo inclinado que se extiende por encima de la fachada.

    

El Santuario Kasuga Taisha alberga muchos tesoros nacionales e importantes bienes culturales, incluidos los edificios. En el Salón del Tesoro Nacional se guardan y exhiben 354 tesoros nacionales y 1482 bienes culturales importantes

        

Después de las lámparas de piedra, verás las de bronce. Suspendidas de ganchos en los aleros de los edificios a diferentes alturas, parecieran que van a empezar a moverse y crear un ruido terrible. Pero en realidad nada perturba la tranquilidad de este lugar.

Además de ver los tres mil faroles (donados por los viajeros piadosos) que decoran el Kasuga Taisha, por unos cientos de yenes también puedes acceder al interior de algunas de las salas donde los monjes hacen sus oraciones.

   

  

Salimos del Santuario por el gran Torii. Continuamos caminando hasta llegar a al parque donde se ubica el Museo Nacional

El Museo Nacional de Nara se estableció en 1889 como Museo Imperial de Nara  y celebró su primera exposición en 1895. El museo pasó a llamarse Museo de la Casa Imperial de Nara y finalmente adoptó su nombre actual en 1952.

El edificio original del museo fue diseñado por Katayama Tōkuma, arquitecto de la Agencia de la Casa Imperial. Este edificio se completó en 1894 y está construido en estilo renacentista francés. Destaca especialmente por la ornamentación decorativa alrededor de su entrada oeste y es un ejemplo de la arquitectura europea del período Meiji medio. Esta sala de exposiciones fue designada Bien Cultural Importante por el gobierno nacional en 1969.

La construcción del ala oeste comenzó con Junzo Yoshimura el 18 de diciembre de 1970 y se completó el 31 de marzo de 1972. El ala este se inauguró en octubre de 1997 y se abrió al público en abril de 1998. El estilo arquitectónico del ala este es congruente con el ala oeste.

Tras visitar este parque y el museo caminamos atravesando la carretera y muy cerca se encuentra el Templo Kōfukuji

Templo Kōfukuji es uno de los templos más importantes y sobresalientes de la ciudad de Nara. Forma parte de un conjunto de edificios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1998 bajo la denominación «Monumentos históricos de la antigua Nara».

Además, formó parte de la antigua relación de los siete templos más importantes de Nara (Nanto Shichi Daiji).

Se construyó al mismo tiempo que Nara pasó a ser la capital de Japón, en el año 710. Solía ser el templo familiar de los Fujiwara, el clan aristocrático más poderoso durante gran parte de los períodos Nara y Heian. De hecho, en el apogeo del poder de Fujiwara, el templo Kōfukuji estaba formado por más de 150 edificios.

       

El Salón Dorado Central (中金堂, Chū-kondō) es el edificio principal del templo de Kōfukuji.  Quedó completamente destruido por un incendio hace aproximadamente 300 años y no fue reconstruido fielmente en su tamaño original hasta 2018.

Pagoda de cinco pisos (Gojunoto):.Con 50 metros, la pagoda de cinco pisos es la segunda pagoda de madera más alta de Japón, solo siete metros más baja que la pagoda de cinco pisos del templo Tōji de Kioto. Esta pagoda es un símbolo de Nara. Se construyó por primera vez en 730 y se reconstruyó por última vez en 1426.

 Anterior   Kioto                   subir arriba                    siguiente Castillo Himeji                      mapa Japón