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OSAKA
Llegamos a la estación central de Osaka en el tren bala . Caminamos al hotel Umedaholic situado en el Barrio de Umeda. Está cerca de la estación
Salimos del hotel y caminamos por estas calles hasta llegar a la estación central de trenes de Osaka.
Ubicada en el luminoso y moderno complejo comercial llamado Osaka Station City, la Estación de Osaka del JR west es la estación más grande y concurrida del oeste de Japón. Estrechamente conectada a seis estaciones satelitales vecinas, se encuentra en el corazón de una red de transporte vital. La estación en sí ocupa los pisos primero, segundo y tercero. En sus entradas norte y sur hay dos edificios imponentes, el edificio de la puerta del norte y el edificio de la puerta del sur. En estos edificios hay grandes almacenes, restaurantes y otras instalaciones de ocio y entretenimiento. Los dos edificios están unidos a nivel del suelo por los vestíbulos de la estación y también hay dos puentes que corren entre los edificios en los niveles del tercer y quinto piso. Desde estos puentes puede verse los trenes que van y vienen en las vías. Arqueándose sobre estos puentes y protegiendo las plataformas está un espectacular techo abovedado de vidrio y acero.
Tras cruzar la estación salimos por el ala norte y bajando una escaleras llegamos a esta plaza donde nos encontramos esta decoración de muñecos de navidad.
Cerca de la estación ferroviaria destaca la estructura futurista del Umeda Sky Building. Este edificio de 173 metros de altura y 40 plantas fue construido en 1993 y tiene un fabuloso mirador al aire libre y hasta un callejón de aspecto tradicional con muchísimos restaurantes. Es curioso cómo ha cambiado Osaka, porque cuando se construyó, el Umeda Sky Building era el más alto de Japón. Unos años después ya era únicamente el 13º edificio más alto de Osaka. Y en 2020, con el gran número de edificios nuevos construidos en Osaka, se situaba en el puesto 20. El responsable de esta torre es el reconocido arquitecto japonés Hara Hiroshi, responsable asimismo de la futurista estación de Kioto o del Sapporo Dome, entre otros. Takenaka Corporation fue la empresa encargada de su construcción. s El edificio en sí es bastante peculiar, y es una muestra fantástica de expresionismo estructural arquitectónico. Está formado por dos torres simétricas sobre las que se asienta una plataforma a 150 metros de altura, de 54×54 metros. Como detalle curioso, las dos torres del Umeda Sky Building se construyeron a la vez mientras que la plataforma que las une se construyó aparte. Una vez completada, se izó por medio de grúas hasta situarla a la altura proyectada y luego se encajó entre las dos torres. La fachada está cubierta de cristal, con la particularidad buscada por Hara de que reflejara la luz especialmente bien, para darle al edificio una apariencia diferente en cada momento. De hecho, cuando cae la tarde en Osaka mirar hacia el Umeda Sky Building es espectacular. La idea es que esta fachada refleja tan bien el cielo de Osaka que las dos torres se confunden con el cielo. En esos momentos, parece que el Observatorio estuviera flotando en el aire, de ahí su nombre.
Sin duda alguna, uno de los atractivos más destacados del Umeda Sky Building para los turistas, tanto japoneses como extranjeros, es el mirador u observatorio que tiene en su cima. Este mirador recibe el nombre de Observatorio del Jardín Flotante, o Kuchu Teien (空中庭園) en japonés. Subimos hasta el mirador Kūchū-Teien. Para empezar, el ascenso hasta la entrada de este observatorio, en la planta 39, es emocionante: desde el tercer piso hasta el 35 se sube en un ascensor sin paradas con una vista de 360 grados, para posteriormente continuar por una escalera mecánica de 45 metros de longitud que parece flotar en el aire y desde cuyas ventanas se ve todo. Una vez arriba, las vistas que hay de Osaka son espectaculares y de 360 grados. Como suele ser habitual, lo mejor es visitarlo a media tarde, para poder ver Osaka con luz del sol y esperar hasta que comience el atardecer. De esta forma puedes ver una puesta de sol fabulosa y luego cómo la ciudad se ilumina poco a poco.
Una vez arriba, las vistas que hay de Osaka son espectaculares y de 360 grados. Como suele ser habitual, lo mejor es visitarlo a media tarde, para poder ver Osaka con luz del sol y esperar hasta que comience el atardecer. De esta forma puedes ver una puesta de sol fabulosa y luego cómo la ciudad se ilumina poco a poco.
Aunque si tienes vértigo, existe un mirador interior, que quizás te dé más tranquilidad. El techo es acristalado como se ve en las fotos. Pero si puedes, sal al mirador exterior, merece muchísimo la pena.
Desde el mirador al aire libre, una característica poco usual en los rascacielos, se puede observar una vista en 360 grados mientras se siente el viento en la cara. Al oeste, el bello atardecer cae sobre las montañas Rokkō y el canal de Kii; al sur, las luces de neón de los rascacielos dominan el paisaje nocturno. Estas estampas figuran entre los Cien Mejores Atardeceres y las Cien Mejores Vistas Nocturnas de Japón, respectivamente.
Si quieres sentirte como en la era Taisho, es decir, como en el Japón de comienzos del siglo XX durante la visita al Umeda Sky Building, te recomendamos ir a tomar algo al callejón temático y gastronómico Takimi Koji (滝見小路). Como decíamos, está situado en el complejo Shin-Umeda City, en los bajos del Umeda Sky Building. El callejón Takimi Koji (en inglés lo verás marcado como Takimi Lane of Restaurants) está muy bien decorado, con carteles y pósters de la era Taisho, juguetes de esa época (aunque también del Japón de la posguerra) y todo tipo de decoraciones y tipografías antiguas que dan un ambiente muy especial a toda la zona. El callejón está lleno de restaurantes y cafeterías de todo tipo donde puedes tomar algo sencillo o comer desde fideos soba o ramen hasta especialidades locales como kushikatsu u okonomiyaki, pasando por tempura, katsudon, sushi, shabu shabu, sukiyaki e incluso comida india.
Terminada nuestra visita caminamos hasta Gate Tower Building.
Todos tenemos en la cabeza lo que les gusta a los japoneses construir autopistas elevadas. Pero como también sabemos que en Japón no sobra precisamente el espacio, a veces ocurren cosas tan curiosas como que una autopista atraviese un edificio de oficinas. Esto ocurre en el Gate Tower Building. Vemos perfectamente como la salida Umeda de la autopista Hanshin pasa por los pisos 5, 6 y 7 del edificio, pero sin tocarlo. La autopista se sostiene con soportes en el exterior del edificio, de forma que ambos nunca llegan a estar en contacto, y cuenta además con una estructura externa que evita ruidos y vibraciones en el edificio.
Curiosamente, si nos acercásemos a ver la lista de empresas que hay en cada planta, veríamos que la autopista es la inquilina de las plantas 5 a 7, aunque me temo que no podremos tomar el ascensor para hacer una visita, porque pasa por estas plantas sin parar. Como podéis imaginar, este tipo de soluciones no son frecuentes, porque lo normal es que si se hace un desarrollo urbanístico, no pasen autopistas elevadas por ahí. O al revés, si se va a construir una autopista, la compañía suele comprar todos los terrenos por donde va a discurrir el trazado de la carretera, para no tener problemas. En este caso, todo comenzó en 1983 con la reurbanización de esta zona de Osaka, en la que la empresa propietaria del terreno, Suezawa Sangyo, planeaba construir un edificio. Pero como también se había planificado hacer la autopista Hanshin, no pudieron edificar lo que querían. Pero Suezawa Sangyo no cedió su propiedad sobre esa parcela de terreno. Así que comenzó entonces un periodo de cinco años de tiras y aflojas que se solucionó al final con un cambio legal que permitía la coexistencia de autopistas y edificaciones en un mismo terreno. De esta forma, cuando se completó la construcción del Gate Tower Building en 1992 se pudo disfrutar de una de las visiones más perturbadoras del Japón moderno, con una estética de estilo muy Neo-Tokio en Akira: una autopista atravesando por la mitad un edificio de oficinas.
Vamos en el metro hasta la estación de Osakajo Koe. De aquí atravesando un puente y paseando por el parque nos acercamos a visitar el imponente y bello Castillo de Osaka
El castillo de Osaka es un importante castillo situado en plena ciudad de Osaka y una visita interesante, a pesar de que lo que vemos en la actualidad es una reconstrucción del siglo XX. El castillo tuvo un papel fundamental durante el proceso de unificación de Japón en el siglo XVI, por lo que tiene gran importancia histórica. Asimismo, es uno de los tres castillos japoneses más importantes de los construidos en alto frente a una llanura. Y además se encuentra en el centro de un parque maravilloso, que está precioso en cualquier época del año. como ahora en Otoño.
Comenzó a construirse en 1583 de la mano de Toyotomi Hideyoshi, quien quería que se convirtiera en el centro del Japón unificado. Su objetivo era construir un castillo superior, en todos los aspectos, al castillo Azuchi de Oda Nobunaga. De ahí que se construyera una torre principal muy alta, sobre una base de piedra alta, que protegía a los ocupantes de atacantes. Y con cinco pisos exteriores y otros tres pisos más subterráneos. Además, se recubrió con pan de oro, justamente para impresionar a todos con su opulencia y mostrar de esta manera el nivel de Toyotomi Hideyoshi como señor de la guerra. Sin embargo, años después de la muerte de Hideyoshi, el castillo fue destruido por las tropas de Tokugawa Ieyasu en 1615, tras el conocido como Asedio de Osaka, que duró prácticamente un año. Posteriormente, en 1620, el castillo fue completamente reconstruido por el segundo shogun del periodo Edo, Tokugawa Hidetada. De hecho, los muros de aquella época todavía se conservan hoy. No obstante, en 1665 un rayo incendió y destruyó completamente la torre principal, un destino compartido por muchos otros castillos japoneses de la época. Durante los casi dos siglos posteriores, el castillo estuvo básicamente abandonado y no fue hasta 1843 que se comenzaron a reparar las distintas torres. Sin embargo, el castillo volvió a ser pasto de las llamas durante los conflictos del periodo Meiji y, de hecho, sirvió como cuartel del ejército en esa época. Finalmente, entre 1928 y 1931 se reconstruyó la torre principal, que se vio dañada en el bombardeo sobre Osaka durante la Segunda Guerra Mundial. Finalmente, a finales de la década de 1990 se termina la última remodelación del castillo, que es una reproducción en cemento del castillo original.
Además de la llamativa torre principal, el castillo tiene varias murallas, fosos, puertas y pequeñas torres de defensa. Por ello, es interesante pasear por el gran parque público, situado alrededor del castillo. Es un lugar precioso en el que sentarse a descansar, disfrutar de las vistas y gozar de la naturaleza en pleno centro de Osaka.
La torre principal del castillo de Osaka es el elemento más llamativo y característico del parque. Puedes verla sólo desde fuera, paseando por los diferentes jardines y arboledas o entrar para descubrir las diferentes exposiciones que hay en cada planta. En la primera planta, hay la tienda del castillo y una sala de proyección en la que puedes ver cinco programas sobre Toyotomi Hideyoshi y el castillo de Osaka. La segunda planta está dedicada al diseño del propio castillo, con réplicas a tamaño real de los shachihoko, por ejemplo. Aquí tambien puedes ponerte un casco de samurái y hasta un traje de batalla y sacarte fotos de recuerdo. Las plantas tercera y cuarta están dedicadas a la figura de Toyotomi Hideyoshi. Aquí verás varios objetos personales en exposición, como una armadura original o un baúl lacado, por ejemplo. Así como maquetas y modelos del castillo y salas interiores, como la famosa sala de té dorada. La quinta planta se centra en el asedio de Osaka, a través de pinturas y miniaturas. Y la séptima planta está llena de información histórica, tanto del castillo como de la vida de Toyotomi Hideyoshi. Finalmente, en la octava planta se encuentra otra tiendita del castillo y el mirador del castillo, desde el que disfrutarás de bonitas vistas del parque y los edificios de su alrededor.
Puedes acceder a la torre principal desde varios portones de entrada. Por ejemplo, si llegas desde la estación Osakajo Koen, entrarás por la zona norte, es decir, por la puerta Aoyamon (una reconstrucción de 1969) y el puente Gokurakubashi (una reconstrucción de 1965). De esta zona nos trasladamos en el transporte público hasta el templo Shitennoji . El templo de Shitennoji no solo es uno de los más antiguos de Japón, al menos en cuanto a la religión budista se refiere. Además, es el primero que de esa religión se construyó con el impulso del emperador. Y es que este templo de Shitennoji data del siglo VI y fue una obra que promovió el príncipe Shotoku Taishi. De esta manera, se daba un carácter de oficialidad al budismo. Entramos por el gran toril de piedra. El torii es un elemento sintoísta y, en cambio, el templo es un lugar de culto budista. Esto demuestra el sincretismo religioso que vivió Japón durante tantos siglos. Como curiosidad, el torii era originalmente de madera, pero en 1294 fue sustituido por el torii actual de piedra. La placa superior tiene una cita relacionada con el budismo y dice: «Ésta es la puerta este al paraíso budista Gokuraku-jodo donde se predica Buda Gautama».
Tras pasar el torii de piedra, se llega al amplio complejo del templo. Aquí se ve a mucha gente yendo y viniendo, usando el espacio como un atajo. Aunque, en la gran mayoría de casos, muchos se detienen y realizan un breve rezo. El espacio está repleto de salones y edificaciones de todo tipo. En el centro, destaca la Gran puerta del oeste o Gokuraku-mon. Éste es el camino de acceso oficial al complejo interior del templo Shitennoji. Justo antes de cruzar por el portón de entrada, puedes purificarte en el temizu, situado a la derecha.
Tras pasar la gran puerta del oeste, te encontrarás con el garan, el complejo interior del templo Shitennoji, un espacio amurallado y de acceso controlado. En su interior, destaca la pagoda de cinco pisos, el salón principal y el salón de lecturas.
Cuando se fundó el templo, el príncipe Shotoku colocó seis piezas de las reliquias de Buda, junto con seis mechones de su pelo, en el pilar central de la pagoda para solicitar la salvación de toda la humanidad. Las reliquias se han perdido con el tiempo pero, como detalle importante, se permite el acceso al interior de la pagoda, algo poco habitual en Japón. Esta pagoda se supone que sirvió para salvaguardar reliquias de Buda que se han perdido. En realidad, Buda está omnipresente en todo el conjunto de Shitennoji. En el Kodo lo vemos en forma de esculturas. Mientras, en el Kondo se nos cuenta su vida con pinturas murales. En el salón principal (Kondo) se encuentra consagrado el príncipe Shotoku en una imagen de Kannon Nyorai. El salón está protegido por los cuatro reyes celestiales y sus paredes interiores están decoradas con murales que representan leyendas budistas. Por otro lado, el salón de lecturas (Kodo) se usa, como su propio nombre indica, para la enseñanza de las escrituras budistas. En su interior destacan muchas estatuas del panteón budista. Ambos salones están comunicados a través de un pasillo cubierto típico de la época.
Como es habitual en otros muchos templos japoneses, los edificios han sufrido ataques, incendios y destrucciones con el paso de los años. Y más aún los que son tan antiguos como este templo de Shitennoji, que tiene más de 1400 años de historia. Sin embargo, tras cada una de esas destrucciones se vuelven a levantar. Y se hace siguiendo escrupulosamente su aspecto original. Esa es parte de la magia espiritual de este país. De esta manera, el recinto sagrado del templo de Shitennoji mantiene la estructura primigenia. En ella, los edificios principales son un primer pabellón llamado Kodo, un segundo denominado Kondo y una pagoda de cinco pisos. Esta, como hecho singular en el caso de este templo, es visitable.
En el extremo sur del complejo vallado se encuentra la puerta Niomon, que actualmente no se usa para acceder al complejo interior y sólo puede admirarse desde fuera. Como su propio nombre indica, a ambos lados de la puerta destacan las imponentes figuras de los dos guardianes Nio. Está en el lado derecho del complejo del salón principal, según lo ves desde la entrada del oeste.
Muy cerca de este templo y caminando llegamos al El templo Isshinji.
El templo Isshinji es un templo budista de la escuela Jodo situado en pleno barrio de Tennoji, en la zona sur de Osaka. El templo tiene una gran importancia histórica y su moderna puerta principal seguro que te llamará la atención a simple vista. Pero además es famoso por sus estatuas de Buda hechas con restos de fallecidos… Una mezcla impresionante. Algo que nos llamó la atención es la moderna puerta principal. Está hecha de cristal, acero y hormigón, en vez de la tradicional madera. Eso sí, en ella, podrás ver dos estatuas en bronce de los guardianes del templo. Son los típicos guardianes de las puertas principales de los templos budistas, pero aquí con un diseño moderno e innovador. La puerta, junto con el salón de la fé Hisoden, que parece una iglesia, fue diseñada en 1997 por el sacerdote principal del templo de entonces, que era arquitecto de formación.
El templo fue fundado, supuestamente, en 1185 por Honen, el monje fundador de la escuela budista de la Tierra Pura. Los terrenos en los que se encuentra el actual templo fueron donados por Nene, la mujer de Toyotomi Hideyoshi. Pero curiosamente, Tokugawa Ieyasu se alojó aquí durante el asedio al castillo de Osaka en 1614 (contra el hijo de Hideyoshi, justamente). Pero los japoneses no visitan el templo Isshinji por su historia. Sino, más bien, por ser el templo «de las estatuas de Buda hechas con los restos de fallecidos». En sus mausoleos están consagradas varias estatuas de Buda hechas con los restos de budistas no sólo de Osaka, sino de todo el país.
Según parece, todo comenzó cuando el popular actor de teatro kabuki Ichikawa Danjūrō VIII solició ser enterrado aquí en 1854. A partir de entonces, muchas familias comenzaron a depositar en el templo las urnas con los restos de sus fallecidos. Treinta años más tarde ya había más de 50 000 urnas en el templo Isshinji, por lo que, para hacer frente a la falta de espacio, en 1887 el sacerdote principal encargó la construcción de una estatua de Amida (el Buda principal según el budismo Mahayana en el que se basa el budismo de la Tierra Pura) mezclando las cenizas de los fallecidos con resina para preservar así los restos. Estas estatuas de Buda hechas con restos humanos son conocidas como Okotsu Butsu (お骨佛) o «Budas de hueso» y su origen se remonta a una estatua de un Jizo del siglo XVIII construida a base de huesos molidos y arcilla en el templo Daienji de Kanazawa. Hasta la Segunda Guerra Mundial se habían construido seis estatuas, que fueron destruidas por los bombardeos durante la guerra. Pero en 1948 se construyó una séptima utilizando los fragmentos que se encontraron de las anteriores junto con los restos de 220 000 personas. Desde 1957, cada diez años se ha ido construyendo una nueva estatua, cada una con las cenizas de 150 000-160 000 personas. Actualmente hay 13 estatuas. Y la ceremonia oficial se realiza el 21 de abril.
Además de las estatuas, muy poco a poco se fueron reconstruyendo los edificios principales del templo. En 1957 se reconstruyó el salón Nokoduso en 1957 y en 1966, el salón principal Hondo. Un poco más tarde, en 1977, la sala de invitados Nissoden en 1977 y finalmente en 1992 el salón Nenbutsudo.
En el cementerio se encuentran las tumbas de varias celebridades como Tadatomo Honda, Kizan Konishi y el ya mencionado Danjuro VIII en los recintos.
Muy cerquita ha varios minutos andando se llega a el Barrio de Shinsekai
Shinsekai es un barrio de Osaka que se caracteriza por ser algo que no fue, pero que a muchos les encanta. Un barrio retro-futurista con un toque eléctrico, lleno de tiendas y carteles luminosos. La traducción del nombre Shinsekai significa literalmente «Nuevo Mundo», vocablo que dice mucho de su personalidad.
La historia del barrio de Shinsekai se remonta a 1903, año de su creación después de acoger la «Exposición Industrial Nacional». Su diseño fue proyectado como un lugar lúdico con tiendas, restaurantes y otras atracciones. Shinsekai está inspirado en Coney Island, una isla neoyorkina situada en el extremo sur del distrito de Brooklyn. En 1912 tubo lugar la construcción de la Torre Tsutenkaku, estructura considerada como el punto central del barrio. En este año creció en número de habitantes y se convirtió en un barrio moderno y emblemático para la ciudad. Otro evento clave fueron los destrozos causados en la II Guerra Mundial. Tras el desastre Shinsekai tubo que ser reconstruido, por lo que cambió considerablemente su fisionomía. Actualmente es la zona más transitada para ir de compras, comer o quedar con los amigos. Recorrerlo en una visita a Osaka es ineludible, tanto si vas día como de noche.
La Torre Tsutenkaku es el principal icono de Shinsekai. Fue levantada en 1922, aunque en la Segunda Guerra Mundial fue desmantelada y fundida para crear armamento para producir armamento. En 1957 gracias al buen funcionamiento de la economía y el «milagro japonés», fue construida de nuevo. Tiene una altura de 108 metros y 2 miradores situados en las plantas 4 y 5. Es muy recomendable subir para disfrutar de las vistas del barrio y toda Osaka. También es interesante verla desde abajo al llegar la noche para disfrutar de su iluminación. Una curiosidad es que el color va cambiando según las estaciones del año. La torre Tsutenkaku se encuentra abierta de 9 de la mañana a 9 de la noche. El precio de la entrada es de 700 Yenes.
De esta zona nos desplazamos para visitar la zona de Dotombori entrando por la calle Shinsaibashi
Entramos en la calle Shinsaibashi, la shotengai o calle comercial más larga de todo Osaka. En Shinsaibashi puedes encontrar de todo, desde cadenas internacionales de ropa y complementos, hasta tiendas de todo a cien, salas de pachinko, karaokes, purikura, game centers y todo tipo de restaurantes.
Todos los edificios alrededor del canal Dotonbori están llenos de luminosos neones que cobran vida por la noche, transformando Dotonbori por completo. De ellos, el más famoso es sin duda alguna el neón de Glico Man, símbolo de la empresa de dulces Glico. Todo un símbolo de la ciudad de Osaka. Este neón, instalado en 1935 y de 20 metros de alto por 10 metros de ancho, muestra un atleta sobre una pista de atletismo azul. En el pasado, se podía ver el skyline de Osaka detrás del corredor, con edificios emblemáticos como el castillo de Osaka, el Osaka Dome o la torre Tsutenkaku en Shinsekai. Sin embargo, en la actualidad reina el azul de la pista de atletismo. Desde su instalación en Dotonbori, el Glico Man se ha convertido en todo un reclamo turístico y un símbolo de la ciudad. Siempre verás a japoneses y extranjeros haciéndose fotos delante de él a casi cualquier hora del día. Además, el puente Ebisu (Ebisubashi, en japonés) que hay a los pies del Glico Man es también uno de los famosos puntos de encuentro de los habitantes de Osaka. Este puente también suele recibir el nombre de Nanpa-bashi o puente de los ligues, porque suele haber muchos hombres intentando conseguir que las mujeres que por allí pasan les hagan caso. Este punto también es conocido por ser el lugar en el que, en 1985, un grupo de aficionados de los Hanshin Tigers tiró al canal la estatua del Coronel Sanders de un cercano KFC. La estatua no se recuperó hasta 2009, originando la leyenda urbana de la «maldición del Coronel» que hacía que los Tigers no volvieran a ganar.
Otra fachada digna de fotografiar, es la del centro comercial Don Quijote —a menudo simplemente Donki—, muy cerca del icónico Glico Man. La fachada de este Donki está decorada con una gran figura de Ebisu, uno de los siete dioses de la fortuna. Pero si sorprende por algo es por su noria de color amarillo y curiosa forma. La noria, de 77,4 metros de alto y 32 góndolas para 4 pasajeros cada una, dejó de funcionar en 2008 por un fallo mecánico. Tras casi diez años sin funcionar, a comienzos de 2018 la noria volvió a ponerse en marcha, ofreciendo vistas curiosas de todo Dotonbori en los 15 minutos que dura el giro completo.
En una de las calles cerca de la noria comimos carne en este restaurante
Destacamos el teatro de kabuki Shochizuka, en pleno centro de Dotonbori y que recibe comúnmente el nombre del «Arco del triunfo de Dotonbori» por su elegante fachada. El teatro fue remodelado en 1997 y actualmente dispone de una capacidad para 1033 personas, un escenario giratorio, raíles en suspensión en el techo y un escenario elevado para que las cinco obras de teatro kabuki que se realizan aquí todos los años sean todo un éxito.
Es un sitio perfecto para conocer de noche, con los neones llenos de color, los carteles iluminados y los puestos de comida rápida funcionando sin parar.
El canal de Dotonbori, que va desde el puente Dotonboribashi hasta el puente Nipponbashi, es el centro neurálgico del barrio. Fue ideado en 1612 por el mercader Yasui Doton con la intención de conectar el río Umezu y el río Yokobori para ampliar el comercio en el sur de Osaka. Tras su muerte, su primo se encargó de que el proyecto saliera adelante y, finalmente, el canal se completó en 1615. Entonces, el canal recibió el nombre de Dotonbori o «canal de Doton» en honor al mercader que ideó su construcción y permitió el desarrollo económico de la zona. Sin embargo, con la modernización de Japón el canal de Dotonbori se vio muy afectado por el abandono y la contaminación de sus aguas. Para revitalizar la zona y pensando en las celebraciones del 400º aniversario de Dotonbori, en el año 2000 se construyeron unas nuevas esclusas. Estas esclusas se abrían o se cerraban según los cambios de marea en la bahía de Osaka y la calidad del agua mejoró notablemente.
De regreso al hotel pasamos por este centro comercial decorado con motivos navideños
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