El rincón de Jesús y Mariví

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KAMAKURA

Kamakura es una ciudad costera ubicada al sur de Tokio. Además de haber sido el centro político del Japón medieval, la ciudad actual es una importante zona turística con docenas de templos zen budistas y santuarios sintoístas. Su punto de referencia más conocido es el Gran Buda, en el templo de Kotoku-in, una estatua de bronce que mide unos 13 metros y que sobrevivió a un tsunami en el siglo XV. La playa de Yuigahama en la bahía Sagami es un destino popular para los surfistas.

   

Nuestra primera visita es el Templo Tsurugaoka Hachiman-gū. Caminamos por una de las calles principales de la ciudad hasta llegar al templo.

      

Templo Tsurugaoka Hachiman-gū:

Es el santuario sintoísta más importante de Kamakura. Está dedicado al dios de la guerra y guardián del clan Minamoto (o Genji); el clan fundador del Shogunato Kamakura. Original de 1063, éste se alzó en otro lugar de la ciudad, y fue trasladado al sitio actual en 1191. Entre el 1871 y el 1946, fue oficialmente designado como uno de los Kanpei-taisha; los santuarios que reciben protección del gobierno. Éstos son comúnmente asociados con la família imperial. El rango se le concedió a 67 santuarios de todo el país.

Al cruzar el primer torii que marca el acceso al terreno sagrado del santuario, se puede observar un gran estanque dividido en dos, diferentes edificios, pabellones, y altares secundarios. Al final de un gran paseo, sube una escalinata que dirige al altar principal. Este altar sirve a su vez de museo, y contiene piezas de gran valor histórico nacional.

      

Además del impresionante interior de su edificio principal (que no puede fotografiarse), su ubicación es espectacular, en lo alto de un promontorio al que solo puede accederse subiendo un empinado tramo de escaleras de piedra.

  

Los estanques de Tsurugaoka Hachimangu: De los dos estanques, uno se dice que representa el clan Minamoto (fundador del santuario), y tiene tres islas. Número que al ser pronunciado en japonés suena igual que la palabra “vida”. El otro estanque, representa al clan enemigo de los Tiara, y cuenta con cuatro islas. Número que al ser pronunciado en japonés suena igual que la palabra “muerte”.

   

ENuestra segunda visita en Kamakura es El Gran Buda de Kamakura (大仏, daibutsu) es una estatua de bronce del Buda Amida de 13,35 metros de alto y unas 93 toneladas de peso situada en el templo budista Kōtoku-in (高徳院), en la ciudad de Kamakura (prefectura de Kanagawa).

Con estas medidas, es el segundo Buda más grande de Japón en posición sentada, por detrás del Gran Buda del templo Tōdai-ji, en Nara, aunque es el primero de estas características al aire libre.

El Gran Buda aparece sentado en posición de loto con las manos formando el típico gesto de meditación, en una postura que emana paz. Todo indica que la estatua se construyó en 1252, en pleno periodo Kamakura, aunque los registros no son claros. Lo que sí se sabe con certeza es que la estatua se encontraba en el interior de un templo de madera que fue arrasado por un tsunami a finales del siglo XV y que por ello hoy en día la podemos encontrar al aire libre.

  

El interior de la estatua está hueco y es posible visitar su interior realizando una aportación de tan sólo 20 yenes. Se puede acceder por dos ventanillas situadas en la espalda que se crearon como sistema de ventilación.

Historia del Buba de Kamakura

El gran Buda de Kamakura fue construido en 1252 durante el período Kamakura (1185–1392), momento en que tubo capitalidad de Japón. Antes de ser construida fue precedida por otra que se realizó en madera. Esta fue terminada en 1243 después de 10 años de trabajos, pero el destino hizo que una fuerte tormenta destrozara la imagen y el templo que la protegía.

Para arreglar lo ocurrido se decidió construir otra, pero esta vez en bronce para evitar que volviese a ser destruida. Al principio estaba cubierta con láminas doradas que la hacían lucir aún más llamativa. Con el tiempo se han ido perdiendo y actualmente sólo pueden verse algunos restos dorados en la zona de las orejas. Ochenta y dos años después, el templo que protegía la estatua fue destruido por otra tormenta. Fue vuelto a construir, pero en 1369 una nueva tormenta lo volvió a destruir. Ante la insistencia de las tormentas se volvió a construir una vez más pero con una fuerte estructura. Esta vez fue arrasado por un poderoso tsunami que azotó Kamakura en 1498. Desde aquél acontecimiento el Gran Buda de Kamakura permanece a la intemperie. Entre 1960 y 1961 se realizó una restauración con la finalidad de reforzar el cuello para prevenir que sufriera daños por terremotos.

   

Warazori, las sandalias de Buda

Si te fijas a la derecha de Buda, puedes ver que cuelgan unas sandalias de 1,8 metros de largo. Se llaman Warazori y fueron creadas originalmente en 1951 por un grupo de niños con la idea de que Buda pudiese caminar por todo Japón. Existe una tradición que marca que cada tres años se tiene que renovar por otras. Estas son confeccionadas por una antigua asociación de niños llamada Matsuzaka, con sede en Shoei-cho (Hitachiota).

     

Nuestra siguiente visita es El templo Hase-dera (長谷寺). Es uno de los destinos obligados para el turista en Kamakura y la cuarta visita de las 33 disponibles en la peregrinación Bando Sanjusankasho dedicada a la diosa Benzaiten.

Cuenta la leyenda que en el año 721 un monje, Tokudo Shonin descubrió un árbol sagrado de gran tamaño, cerca de la villa de Hase en la región de Nara, con la madera talló dos impresionantes esculturas de Kannon, la estatua realizada con la parte baja del tronco fue consagrada en el Templo de Hasedera en Nara y la escultura tallada con la parte alta, tras una ceremonia, fue arrojada al mar. La noche del 18 de junio del año 736, quince años más tarde, la estatua de Kannon fue encontrada en la playa de Nagai, trasladándola a Kamakura, donde se construyó un templo en honor a ella.

 

Al entrar al templo, probablemente una de las cosas que más nos impacte serán las decenas de estatuas Jizo que han sido colocadas en el templo por padres que lloran la muerte de sus hijos nonatos o recién nacidos.

Dado que cada estatua Jizo se mantiene en el templo durante más o menos un año, se calcula que el templo Hase-dera ha dado cabida a más de 50 000 estatuas de Jizo desde la Segunda Guerra Mundial.

   

No deja de ser muy emotivo ver todas estas estatuas y las ofrendas (siempre de temática infantil, claro) que esos padres han hecho a los Jizo y al templo.

Después de pasar por el jardín y la zona de los estatuas Jizo llegaremos al complejo principal, donde reposa una de las estatuas de madera de Kannon más grandes de todo Japón.

     

  

   

Paseando por sus diferentes jardines

 

Desde esta zona del templo podremos disfrutar de unas bonitas vistas de la bahía de Kamakura.

       

   

   

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