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Alcalá del Júcar Nos encontramos en plena Comarca de La Manchuela. A sólo 60 kilómetros de distancia de Albacete capital, apenas 50 minutos en coche, este pueblecito erigido sobre la espectacular Hoz del río Júcar es capaz de atraer cada año varios miles de visitantes. El destino rural preferido dentro de la provincia de Albacete y, sin duda, uno de los pueblos más bonitos de Albacete y de toda España. Alcalá del Júcar es un pueblecito que, a pesar de su pequeño tamaño, se debe recorrer de principio a fin. Declarado Conjunto Histórico Artístico en el año 1982, nos ofrece un casco histórico súper cuidado y un entorno natural idílico al que conviene dedicar al menos un día entero.
Lo primero que os llamará la atención es su precioso Puente Romano, que se ha convertido en el icono del pueblo por excelencia y sin duda es uno de los lugares imprescindibles que ver en Alcalá del Júcar. Su nombre no se debe a que fuera construido por los romanos, pues es bastante más moderno, sino por su tipo de arquitectura. Abajo del puente veréis una bonita isleta desde la que tendréis unas vistas preciosas al río y una pequeña playa fluvial perfecta para tomar el sol en verano o hacer un picnic en invierno. . Nada más cruzar el Puente Romano, veréis un pequeño sendero a la derecha, que es donde comienza la ruta del agua. Esta ruta bordea todo el pueblo, entre el río Júcar y la roca.
Iglesia de San Andrés: Tras cruzar el puente se accede al casco antiguo de Alcalá del Júcar. Os recomendamos llevar un calzado cómodo porque son todo cuestas y acabaréis un poco cansados. Una de las primeras cosas que ver en Alcalá del Júcar que nos encontramos fue la Iglesia de San Andrés, que fue construida en el siglo XV y ampliada en el siglo XVIII. Visible también casi desde cualquier punto, la iglesia se erige esbelta sobre el resto de construcciones mostrando elementos arquitectónicos de varias épocas constructivas. Llama muchísimo la atención los 70 metros de altura de la torre y los tonos verdes del revestimiento de su cúpula.
El Castillo: En lo alto de la colina, el Castillo de Alcalá del Júcar preside la escena. Siempre esbelto y visible desde todas las perspectivas. Estamos ante una contrucción defensiva de origen árabe y cuya datación oscila entre los siglos XII y XIII. Hoy poco queda de sus inicios almohades. Tras sucesivas reformas posteriores, ésta es su imagen actual, no exenta de belleza y espectacularidad. El Castillo de Alcalá del Júcar es visitable durante todo el año. Sin duda, la mejor manera de obtener una visión panorámica de todo el conjunto histórico perfectamente escalonado sobre la ribera del río Júcar.
Panorámica desde las almenas del castillo
Bajo el castillo se encuentra la casa cueva que visitamos
Alcalá del Júcar está lleno de casas cueva excavadas en la montaña. Algunas como la cueva de Masagó y la cueva del Diablo se pueden visitar. Esta última es la más conocida y se encuentra muy cerca del museo del cine, por lo que decidimos visitarla.
La Cueva del Diablo pertenece a Juan el Diablo, un vecino del pueblo que es todo un personaje. Nosotros nos lo encontramos por allí y nos pareció de lo más amable y gracioso con su aspecto de Dalí con ese bigote infinito.
La Cueva del Diablo alberga una exposición de objetos antiguos que había en las casas del pueblo, como teléfonos, vajillas, muebles… Podréis caminar a lo largo de sus pasadizos e ir descubriendo recovecos.
Para que os hagáis una idea de los grande que es, vereíes que se entra por un lado y se sale por la parte más alta del pueblo. Así que es perfecto para continuar vuestra visita a Alcalá del Júcar por el Castillo. Pero no sin antes tomar un descanso en la terraza de su restaurante y disfrutar de las vistas, pues la entrada incluye un refresco. Y si tenéis más hambre siempre podéis comer allí.
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