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LA COLINA LAS CRUCES
La Colina de las Cruces es un lugar único, fuera de lo común y
es un monumento al arte sacro moldeado bajo las manos del pueblo
lituano.
Es uno de los lugares de peregrinaje más frecuentados del país y
es el reflejo de la religiosidad espontánea de los fieles.
Su nombre se debe a
la increíble concentración de cruces en una verde colina, más de
50 mil de distinto tamaño. Si bien la colina ya se mencionaba en
el siglo XIX, su fama se extendió al adquirir importancia como
símbolo de la resistencia anónima pero incensante de los
cátolicos lituanos durante la ocupación soviética.
Cuenta la historia que los esfuerzos del ejército soviético por arrasar con la colina resultaron siempre infructuosos, por más que insistieran durante el día, al amanecer decenas de cruces aparecían de nuevo plantadas allí. Es por ello que después de restaurar la independencia, este lugar se convirtió en un símbolo de la fe, del sufrimiento y la esperanza de Lituania.
No es de extrañar
entonces que Juan Pablo II visitara este lugar en Setiembre de
1993 y en presencia de 100.000 peregrinos celebrara la Santa
Misa.
Hoy en día, en
libertad, la gente llega hasta ella para dejar sus pedidos a
Dios o su agradecimiento, expresados siempre en el acto de dejar
una cruz allí. A las cruces, se han unido estampas, rosarios,
fotografías, estatuas y otros objetos religiosos que se colocan
como recuerdo de familias o amigos.
Si eres católico, el
lugar va a resultarte emocionante y quizás hasta quieras dejar
tu propia cruz y elevar una oración. Si no lo eres, es posible
también que sientas cierto sobrecogimiento al transitar por el
estrecho sendero escalonado que permite subir la colina y
recorrerla, porque innegablemente es una de las muestras de fe
más espontáneas que puedes encontrar.
GALERÍA FOTOGRÁFICA
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