El rincón de Jesús y Mariví

 

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LA PASIÓN VIVIENTE DE CASTRO URDIALES

La Pasión Viviente es una representación de la Pasión de Cristo, desde la Última Cena hasta su crucifixión, muerte y resurrección que se celebra la mañana de Viernes Santo en la localidad de Castro Urdiales, Cantabria. La duración aproximada de la representación es de cuatro horas y media.

La función se desarrolla en varios puntos del centro histórico y está interpretada por vecinos de la localidad.

Llega el tribuno montado sobre una hermosa cuádriga.

 

 

El pueblo judío llena la plaza donde se  juzga a Jesús de Nazaret

 

 

 

También hacen acto de presencia los leprosos

 

  

 

Jesús de Nazaret se acerca a celebrar la Última Cena. Fue la última ocasión en la que Jesús de Nazaret se reunió con sus discípulos (los doce apóstoles) para compartir el pan y el vino antes de su muerte. El cristianismo considera ese momento como el de la institución del sacramento de la eucaristía, y a esas "especies" como "el cuerpo y la sangre" de Cristo, aunque cada confesión cristiana difiere en su celebración litúrgica (misa cotidianamente y anualmente el oficio del Jueves Santo) y en su interpretación teológica (transubstanciación en el catolicismo).

 

 

 

Tras la celebración de la cena se dirigen a orar al Huerto de los Olivos en Getsemaní.

 

La Oración de Jesús en el huerto se conmemora todos los años el Jueves Santo: Después de la Última Cena, Jesús se dirigió al huerto, donde acostumbraba a reunirse con sus discípulos a orar. Según los evangelios era un lugar que tanto Jesús como sus discípulos visitaban frecuentemente lo que permitió a Judas encontrarle. Los Evangelios describen la tristeza agónica que lo asaltó en ese momento, y la actitud del Nazareno: orar y anunció a los Apóstoles que se acercaban los soldados que lo iban a detener, guiados por Judas Iscariote.

 

Según todos los evangelios canónicos, Judas guió a los guardias que arrestaron a Jesús hasta el lugar donde lo encontraron besando su mejilla . Les indicó quién era besándole. Por su traición fue recompensado con treinta monedas de plata

 

      Según los Evangelios sinópticos Jesús fue apresado por un grupo de hombres armados pertenecientes a la guardia del Templo, por orden de Caifás y los sumos sacerdotes

 

Herodes el rey de los judíos en aquella época con su corte y bailarinas

 

 

    Judas se arrepiente de sus actos, intentó devolver las monedas a los sacerdotes que se las habían dado, y al no aceptarlas éstos, las arrojó en el templo. Luego, desesperado ante la magnitud de su delación, se suicidó ahorcándose

  

 

 

 

 

 

 

Escenario del Juicio de Pilatos

Entra Pilatos que es el gobernador romano de la región. Tiene que enjuiciar al detenido Jesús de Nazaret

 

 

Algún judío del pueblo se revela e intenta atacar al tribuno. Los soldados los detienen

    

 

Los líderes saduceos llevaron a Jesús ante el procurador romano por la mañana temprano (los romanos solo hacían juicios antes del mediodía), solicitando a Pilato que lo ejecutara, ya que le habían hallado culpable de blasfemia, pero la pena capital sólo podía ser aplicada por los romanos.

 

 

No ve motivos para condenar al reo. Pilatos envía a Jesús a Herodes Antipas debido a un conflicto con la jurisdicción correspondiente a un reo de Galilea.

 

Mientras los soldados hacen guardia

 

 

 

   

Barrabas es empujado y arrastrado por sus verdugos para llevarlo a las mazmorras. Tiene que ser juzgado.

 

  

Los leprosos se encaminan hacia el calvario

 

 

Herodes tampoco ve motivo para condenarle y manda que sea trasladado nuevamente ante Pilatos y que sea este quien tome la decisión.

Así comienza el segundo juicio a Jesús de Nazaret. Al ser devuelto a sus manos, Pilatos se declara incompetente para resolver asuntos religiosos y declara no hallarle culpable. Los líderes judíos entonces cambian la acusación sobre Jesús a sedición. A pesar de no hallarlo culpable, Pilatos -sabiendo que era víspera de Pascuas- deja que el pueblo decida entre liberar a un preso de nombre Barrabás o liberar a Jesús.

 

 

Pilatos manda que le acerquen  al reo Barrabas.

 

 

 

  El pueblo, dirigido por los sumos sacerdotes, escoge la liberación de Barrabás y la crucifixión de Jesús. Ante esa decisión Pilatos simbólicamente se lavó las manos para indicar que no quería ser parte de la decisión tomada por la muchedumbre. Pilatos dice «No soy responsable por la sangre de este hombre». A lo que la multitud responde: «Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros descendientes».

 

Se narra también que Pilatos ordena la flagelación de Jesús antes de su ejecución, pero los evangelios discrepan en cuanto a si esta medida fue tomada como un intento de sustitución de la ejecución, o si era simplemente parte del proceso de la ejecución.

 

 

San Juan Bautista arremete contra Pilatos y este le manda arrestar. Llevado ante Pilatos es castigado en las mazmorras

 

Jesús de Nazaret es maniatado y le colocan una corona de espinas. Vuelve ante Pilatos

  

 

Tras lavarse las manos se lo entrega a los fariseos para que sea crucificado

Le preparan para trasladar hasta el Calvario

  

    

 

Su madre María acompañada por más mujeres también le acompoñan

  

 

Los presos también son trasladados para su crucifixión

 

 

 

 

     

 

Tras realizar todo el recorrido por las diferentes calles del pueblo llegan al Calvario.  Jesús es crucificado en medio de los ladrones, que hablan con Él.

 

 

A los primeros que colocan en la cruz es a los dos ladrones

 

 

 

    

 

Entregan la túnica a los soldados. Dicen que se la jugaron a los dados

 

Jesús dice "Tengo sed" y un soldado le da de beber

    

La madre junto a San Juan

Un soldado le clava la lanza sobre el costado

 

 

Descienden de la cruz al ladrón y a Jesús

 

 

 

 

 

   

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