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COMILLAS La villa de Comillas es una de las localidades más emblemáticas de Cantabria y una de las más interesantes desde el punto de vista arquitectónico. Cuenta con algunos de los edificios más importantes del modernismo en Cantabria, como el Palacio de Sobrellano y su Capilla Panteón, la Universidad Pontificia y por supuesto, El Capricho del genial arquitecto catalán Gaudí. Destaca su hermosa playa, que todos los veranos atrae a miles de turistas
Actualmente, las playas de Comillas continúan atrayendo al turismo, sus limpias aguas que rompen, sus recoletas calas y la belleza de estos paisajes litorales sitúan a Comillas en una de las poblaciones costeras más atractivas del cantábrico.
Esta residencia de verano se construyo en 1883 por encargo de Máximo
Díaz de Quijano, concuñado del Marque de Comillas y con la dirección
del arquitecto Cascante Colom según plano de Gaudi. El capricho
consta de semisótano, piso y buhardilla, con una torre lateral que
resalta por su verticalidad en un conjunto marcadamente horizontal
.En la planta noble destacan un salón a doble altura, un comedor
unas cuantas habitaciones, mientras que en el semisótano y en la
buhardilla estaban la cocina la cochera y otros espacios para el
servicio. Sobre un impresionante zócalo de piedra, las fachadas
muestran la alternancia de franjas horizontales de ladrillo visto y
frisos de cerámicas con los motivos vegetales de la flor y la hoja
de girasol, presentes también en el friso superior, en la torre y en
los testeros de las aperturas.
El conjunto de Sobrellano, comenzado
con la capilla-panteón, se completa con las obras del palacio. En 1888
se inauguró el palacio de Sobrellano, en el que se recogían diferentes
tendencias, que iban desde el gótico civil inglés hasta el recuerdo de
los palacios venecianos, pasando por un tratamiento de los relieves
cercano a los mocárabes musulmanes.
Panorámica con la Universidad Pontificia sobre la loma
Tras la construcción del conjunto Sobrellano solo le quedaba
promover una gran “obra pía”, que la vez le perpetuara su nombre y le
ayudase a “ganarse el cielo”. Es por ello que estudia la posibilidad de
levantar un gran centro docente de segunda enseñanza, finalmente se
destinó a Seminario de pobres (posterior Universidad Pontificia)
dirigido por los jesuitas, cuyo modelo docente triunfaba desde el SXVII
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