El rincón de Jesús y Mariví

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SEGOVIA CAPITAL

Segovia es una ciudad y municipio español en la parte meridional de la comunidad autónoma de Castilla y León, capital de la provincia del mismo nombre. Se sitúa en la confluencia de los ríos Eresma y Clamores, al pie de la sierra de Guadarrama. La ciudad vieja y el acueducto de Segovia fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1985. El acueducto es considerado la obra de ingeniería civil romana más importante de España, y es uno de los monumentos más significativos y mejor conservados de la Antigua Roma en la península ibérica. El término municipal cuenta con una población de 51 674 habitantes

 

   

Caminamos por la Avenida del Acueducto. Es una de las calles peatonales más importantes

  

En esta avenida se encuentra la Iglesia de San Clemente. Está ubicada en la avenida  a escasos metros del acueducto. Es un templo de estilo románico  datado entre los siglos XII - XIII  y como suele ser habitual  a lo largo de los siglos ha sufrido numerosas modificaciones. El edificio cuenta con una estructura de una sola nave y  un ábside semicircular orientado al este. La estructura y decoración del ábside es única en todo el románico de Segovia, fue construido para sustituir a uno de anterior. El ábside cuenta con dos alturas diferentes y al exterior se observan seis ventanas de arco de medio punto que apoyan sobre columnas. La galería porticada se encuentra en el muro sur  y está formada por cinco arcos de medio punto sobre columnas pareadas de capiteles con motivos vegetales.

La torre  ubicada sobre el crucero, tiene  un gran cuerpo cuadrado con tres ventanales por cara y durante las guerras del siglo XIX sufrió numerosos desperfectos. En la parte trasera del edificio se puede observar a través de las vallas un pequeño pero hermoso jardín. En su interior cuenta con interesantes pinturas del siglo XIII del árbol de Jesé,  el templo está ocupado por las religiosas de María Reparadora motivo por el que no es visitable.

 

Junto a el acueducto el famoso restaurante Cándido

   

El Acueducto: Esta impresionante obra de la ingeniería civil romana se construyó a principios del siglo II, a finales del mandato del emperador Trajano o principios del de Adriano, ambos emperadores conocidos por ser de los más poderosos de la historia de Roma y haber nacido en Hispania. 

El Acueducto de Segovia traía (hasta hace bien poco) el agua del manantial de la Fuenfría – situado a unos 17 kilómetros de Segovia – hasta la ciudad, abasteciendo a todos sus habitantes. La sección más visitada, y fotografiada por los turistas, es la que pasa por la plaza del Azoguejo, donde salva la inclinación del terreno con una arquería que deja con la boca abierta a todos los que la ven por primera vez. En su parte más elevada alcanza los 28 metros y posee un total de 167 arcos.

 

Mirador el Postigo del Consuelo: El más famoso de todos los miradores de Segovia es el del Postigo. Y es que está bien pegadito al Acueducto, tanto, que es imposible llegar más cerca de esta obra maestra. Para subir, tendrás que subir unas cuantas escaleras, justo a la izquierda según miras al Acueducto desde la placita que tiene delante. Desde abajo imponen un poco, pero  no son para tanto. Vamos que subir ¡merece muchísimo la pena! Es un lugar muy especial, pues es el único desde el que vas a poder hacer fotos al Acueducto “desde arriba”.

 

Vistas de la Plaza Oriental junto al Acueducto

La plaza del Azoguejo: suele ser el arranque de toda visita a la ciudad. En otros años fue el lugar de encuentro no sólo de los propios segovianos sino de habitantes de pueblos cercanos. Allí se reunían los labradores, ganaderos y tratantes. Su urbanismo conserva todavía un cierto aire de arquitectura popular con casas no muy altas bien diferenciadas y aportaladas, lo que hace resaltar aún más la monumentalidad del acueducto. Una de las citas más antiguas que se tiene sobre el Azoguejo es un códice de las Cantigas de Alfonso X el Sabio del siglo XIII.

  

Comenzamos por la Calle Juan Bravo. Tiene su entrada por la plazuela del Corpus y salida a la calle de Cervantes.​ Antaño se denominaba solo «calle Real», pero más adelante tomó el nombre del comunero Juan Bravo.​ Ha llegado a ser considerada la calle más importante de Segovia.

 

Es difícil pasar por delante de esta casa de la calle Juan Bravo sin reconocerla. La Casa de los Picos es una mansión de finales del siglo XV con una fachada adornada con 617 puntas de granito en forma de pirámide. El edificio fue adquirido por el concejal Juan de la Hoz, y aún se puede ver el escudo de armas de su familia sobre el portal y las ventanas. El interior es una sala de exposiciones de la Escuela de Arte de Segovia.

     

Caminando hacia el Mirador de la Canaleja

   

Mirador de la Canaleja: precioso balcón, desde el que podemos contemplar parte de la ciudad como la iglesia de San Clemente, a nuestros pies y las colinas que rodean a Segovia. Data del siglo XIX.
Justo al lado del mirador hay una cafetería, si hace buen tiempo sentarse un las mesas de terraza y disfrutar de las vistas de este mirador es una fantástica opción para hacer un alto en nuestro paseo por Segovia.

    

Después de disfrutar de las vistas de la sierra y de una parte de la ciudad desde el Mirador de Canaleja subimos por la Calle de Juan Bravo, pasando por delante de la original Casa de los Picos, hasta llegar a la bonita Plaza Medina del Campo.  Debe su nombre al reconocimiento por el heroico apoyo de la villa vallisoletana a Segovia durante el levantamiento comunero. Enmarcada por la iglesia de San Martín, la casa de los Porres, el Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente, las casonas renacentistas del siglo XVI de Solier, con fachada completa de granito, y a su derecha, de Bornos, con curiosa ventana en esquina, ambas coronadas en una galería similar a las destinadas a secadero de lana y paños, testimonio de la floreciente industria textil de Segovia durante siglos, y por el Torreón de Lozoya. Presidida por una estatua central dedicada a Juan Bravo, obra del escultor segoviano Aniceto Marinas (1921), y dos esfinges (conocidas como sirenas), obra de Francisco Bellver (1851), al igual que la fuente sobre la escalinata.

Vemos el Torreón de Lozoya. Construido a principios del siglo XIV como torreón defensivo, fue ampliado en el siglo XVI y formó parte de un palacio con doble patio. En la actualidad, sirve de centro cultural de la Obra Social Caja Segovia, albergando exposiciones temporales.

  

La iglesia de San Martín es un edificio de tres naves con tres tramos cada uno, transepto no acusado en planta, cimborrio sobre el crucero y una cabecera tripartita de ábsides semicirculares escalonados (el central perdido y sustituido por otro más moderno). Una enorme torre campanario de ladrillo se erigió sobre el penúltimo tramo más próximo al hastial occidental. Cuenta, además, con una magnífica galería porticada que rodea las fachadas sur, oeste y norte.

 

      

La Plaza Mayor de Segovia es un lugar lleno de encanto, de vida y de historia. Como es normal, se encuentra en el centro de la ciudad y fue diseñada y construida en el siglo XVII, aunque anteriormente este punto ya era el centro de la ciudad.
Justo en el centro de la plaza mayor hay un tradicional kiosco de música que siempre está lleno de niños jugando. Todos los soportales de la plaza están repletos de terrazas y bares y el ambiente en este lugar siempre es maravilloso, porque aunque hay gente continuamente, nunca hay sensación de agobio, más bien todo lo contrario, es un lugar muy agradable y tranquilo.

 

En un lateral de la plaza se encuentra otro de los edificios emblemáticos de la ciudad, el teatro Juan Bravo, que fue construido en 1917. En la actualidad, este teatro sigue funcionando y se realizan numerosas actividades en él.

 

La ordenación arquitectónica de esta plaza corrió a cargo de Brizuela y, como la mayoría de las plazas mayores, otorga un gran protagonismo al edificio del Ayuntamiento. Este edificio fue construido en 1610 y destaca por su fachada de granito, sus torres de pizarra y un precioso reloj situado justo en el centro.

   

La Catedral, conocida como la Dama de las Catedrales y situada en la Plaza Mayor, completa el triunvirato de monumentos que visitar en Segovia más imprescindibles. Este enorme iglesia de estilo gótico, construida entre los siglos XVI y XVIII, impresiona por su torre de 88 metros de altura y numerosos pináculos además de por el elegante interior en el que no puedes perderte las 157 impresionantes vidrieras, los tapices realizados en los talleres de Bruselas, el Claustro, la Sala Capitular, la Capilla Mayor y el Altar con excelente retablo.

    

   

   

En la Catedral de Segovia se puede disfrutar de sus 18 capillas a cuál más bonita. En cada uno de estos espacios hay pinturas y obras de arte de valor incalculable. Entre lo más destacado se puede comentar el Calvario románico ubicado en la Capilla del Sacramento, el tríptico de Ambrosius Benson y el retablo de la Piedad.

  

El coro se sitúa, como es habitual en las catedrales hispanas, en el centro de la nave mayor. Constituye otro de los vestigios de la catedral primitiva, desde donde se trasladó en la década de 1550. Su sillería es un interesante ejemplo de la escultura gótica castellana de mediados del siglo XV. En la parte más cercana al altar se observan dos sitiales destacados bajo doseletes, destinadas a los Reyes, con los escudos heráldicos de Castilla y Portugal, y enfrente se encuentra la silla episcopal, con el emblema de Juan Arias Dávila (1466-1497). Las sillas de los canónigos están decoradas con motivos vegetales.

   

En la plaza de la Merced está la iglesia de San Andrés, que conservan dos obras de Gregorio Fernández e imágenes del desaparecido convento de La Merced; una piedad de José de Ratés, un relicario en plata con una reliquia del santo titular del templo y tres lámparas de la primitiva Fábrica de Cristal de La Granja. El presbiterio tiene la originalidad de estar ligeramente descentrado del cuerpo central del edificio.

  

     

En el Barrio Judío o Antigua Judería residió una gran comunidad hebrea desde el siglo XII hasta su expulsión ordenada por los Reyes Católicos en 1492 para en la actualidad convertirse en uno de los rincones con más encanto que visitar en Segovia, al poder pasear por calles como la de la Judería Vieja rodeadas de bonitos edificios.

El Alcázar, situado sobre una colina en la confluencia de los ríos Clamores y Eresma, es junto al acueducto, la principal atracción turística que ver en Segovia. Este castillo de cuento de hadas, que tiene sus orígenes en la época romana, ha sido restaurado y ampliado por los diferentes monarcas españoles a lo largo de los siglos, desde su construcción en la Edad Media.
Al acercarte al Alcázar lo primero que te llamará la atención es la bonita torre del homenaje situada en el centro y flanqueada por cuatro torreones para después de cruzar un puente de piedra para salvar el foso que rodea el castillo llegar al interior, donde puedes recorrer doce de las salas palaciegas perfectamente decoradas con mobiliario de la época

   

  

HISTORIA: En las cimentaciones se han encontrado sillares de granito de la misma factura que los del acueducto, por lo que se cree que ya los romanos usaron el promontorio existente para tener una dotación militar, un castro o una fortaleza. Sobre sus restos, se cree que se edificó alguna fortaleza hispano-árabe, aunque la primera datación que tenemos de una construcción defensiva se la debemos a Alfonso VI de León en 1122. Prácticamente todos los reyes de León, luego Castilla y finalmente Castilla y León han vivido algunas temporadas durante la edad media. Se cuenta que estando Alfonso X en él, una parte de la construcción se vino abajo. Esto supuso la rehabilitación en palacio fortaleza. Juan II además mando edificar la torre del homenaje actual.

Esta construcción se mantuvo más o menos igual, con su estilo gótico castellano, con interiores mudéjares, al gusto de la época hasta Felipe II, que realizó bastantes cambios para adecuarlo al gusto de los castillos europeos del siglo XVI. Cambia la característica teja segoviana por la teja de pizarra que tan a la moda estaba en Austria. Además edificará algunos torreones, con lo que la construcción adquiere la silueta que disfrutamos actualmente que a tantos ha conquistado. Durante el siglo XVIII se crea en su interior el colegio de artilleros reales, con una fábrica de pólvora para cañones. En 1864 sufrió un incendio que destruyo la parte noble del alcázar, pero que gracias a unos grabados existentes, pudieron ser reconstruidos fielmente. En 1931, es declarado monumento histórico artístico.

 

   

  

   

   

Murallas de Segovia: Como habrás visto en el Alcázar de Segovia, la accidentada topografía de la ciudad facilitó su fortificación y defensa. Después de que los cristianos recuperaran la ciudad de manos de los moros en 1088, el rey Alfonso VI amplió las defensas de la ciudad, y con un poco de ayuda de la oficina de turismo todavía se puede trazar, hoy en día, un recorrido por el contorno de estas murallas de tres kilómetros de longitud. Hay cinco puertas y también una serie de casetas que dan a las defensas, por lo que cuentan con muros y torres reforzadas.

  

Puerta de San Andrés: Recorrer una trozo de la antigua muralla que rodea la ciudad, subiendo por una escalera situada en la Puerta de San Andrés, es otra de las mejores cosas que hacer en Segovia. De esta muralla medieval que alcanza los 9 metros de altura se conservan tres puertas de acceso a la ciudad: la de Santiago, la de San Cebrián y la de San Andrés, siendo esta última la puerta que mejor se conserva, con una torre cuadrada y otra poligonal.

 

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