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Larreineta, El Mendibil y La Arboleda
Larreineta
Desde Trapagarán se llega a Larreineta cogiendo el viejo funicular minero, llamado de La Escontrilla, que con un 35% de desnivel supera los 1.200 metros de distancia entre El Valle y Larreineta o Larrañeta. Las casas de La Reineta no son espectaculares. Calcan las clásicas construcciones de todas las zonas mineras de España.
Las obras de construcción financiadas por la Diputación, se iniciaron en 1921 terminándose en 1926. Son buenos ejemplos del estilo neovasco. Este funicular está considerado como una joya por ser el único de todo el estado con cabinas colocadas horizontalmente. Cada una de las dos cabinas tiene una capacidad para 80 personas.
Las vistas son sensacionales, de manera especial sobre El Abra. Las laderas de la montaña se han repoblado de manera natural, aunque los desmontes y escombreras siguen visibles.
Monte Mendibil
La gran torre de
comunicaciones que corona el monte Mendibil (
En esta zona ya
gozamos de una excepcional panorámica sobre la totalidad del valle ,
cerrado por la izquierda por
La Arboleda
Pertenece a San Salvador del Valle o Trapagarán. Una carretera que parte del pueblo y nos conduce hasta el alto, tras seis kilómetros de dura ascensión. Mejor subir en el funicular hasta la Reineta Del funicular hasta la Arboleda hay un kilómetro. Se llega a pie (20') a paso tranquilo, con la vista puesta en los estanques. Hay un autobús que nos permite acortar el recorrido cuando el tiempo no acompaña.
Un paseo por la Arboleda es retroceder
muchos años en el tiempo. No por los mineros, que debido a la durísima
vida que llevaron escasean, sino por las callejas del poblado. Las casas
son únicas en Vizcaya y sólo se pueden encontrar en contados lugares de
Cantabria y Asturias.
El pueblo llegó a tener 24 bares, que ahora se han 'reducido' a 16, muchos de ellos restaurantes. La Arboleda no fue sólo minas y bares. En los buenos tiempos hubo una banda de música con 46 maestros. Destacaron Pedrín García, que fue solista de flauta en las orquestas de Filadelfia y Tampico (México), Mesanza y Vega, entre otros.
Las antiguas minas se han encharcado. Pozos tan profundos como El Ostión o Las Cármenes están inundados. Los barracones mineros han desaparecido y donde antes había casas, ahora hay mesas y asadores, y los pescadores pueden disfrutar de las truchas y carpas de los estanques. También destaca la numerosa cabaña ganadera. Cualquier rincón esconde un rebaño de vacas monchinas o de caballos del país.
Escultura del Tenedor y Lurraren alde, es una obra del escultor Néstor Basterrechea Arzadún
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